Los Gobiernos nacional, provinciales y municipales, los Ministros de la especialidad y todos los partidos patronales han incurrido en un ocultamiento criminal del desarrollo de la Gripe A (H1N1) en la Argentina. La verdadera expansión de la epidemia tuvo lugar en simultáneo con una campaña electoral que no se refirió a la misma en lo absoluto, sino que todo lo contrario, funcionó como un factor de distracción y encubrimiento del tema. Es que las principales fuerzas políticas en disputa tenían un interés concreto en que las elecciones se llevasen adelante a cualquier costo, objetivo que chocaba abiertamente con la declaración de la emergencia sanitaria y el consecuente cese general de actividades, empezando por las grandes concentraciones de gente, como fue el caso de los comicios.
Los Gobiernos evitaron cualquier medida de carácter general en relación a la Gripe A (H1N1) antes del 28 de junio para evitar que el tema se colase en el debate electoral. Pero ahora, a pesar del mediático “Comité de Crisis”, actúan de manera improvisada, con medidas aisladas y sin ningún tipo de coordinación entre jurisdicciones. Y, por sobre todo, sin decidirse a atacar los dos principales factores de la expansión de la epidemia: la necesidad de un cese general y coordinado de actividades que ponga freno al contagio, y el derrumbe del sistema sanitario, que no da abasto para atender las consultas ni a los propios infectados.
Antes y ahora, la incapacidad de los Gobiernos para impedir el avance de la Gripe A (H1N1) se explica por el mismo motivo: son representantes políticos de los capitalistas. Por eso priorizan la defensa de sus intereses antes que la salud de la población. Por eso ceden a la presión de las patronales para que no haya un cese general de actividades, que implicaría pérdidas económicas para los empresarios. Por eso, en el medio de la crisis, siguen destinando el presupuesto estatal al salvataje de los capitalistas quebrados, mientras mantienen el vaciamiento presupuestario de los hospitales públicos –donde falta personal de todo tipo, camas e insumos esenciales.
Los trabajadores no podemos seguir esperando a las eventuales medidas de los Gobiernos mientras la epidemia no para de extenderse; es necesario que nos autoconvoquemos en todos los lugares de trabajo para imponer un programa que nos permita defender nuestra vida y la de nuestra familia.
En primer lugar, es necesario que se suprima cualquier forma de presentismo; una de las principales causas de contagio es que, por el miedo a sufrir descuentos, muchos compañeros siguen yendo a trabajar estando enfermos, en oposición a todas las normas que prescriben el aislamiento de toda persona que presente los síntomas de la Gripe A (H1N1). Lo mismo ocurre en nuestros Ministerios con los compañeros que realizan horas extras de manera regular; incluso pudiendo hacer uso de la licencia preventiva continúan viniendo, ya que de lo contrario perderían gran parte de sus ingresos mensuales.
A una semana de su vigencia, ya hay múltiples denuncias de que la Resolución N° 471/09 del Ministerio de Trabajo que establece licencias laborales preventivas por la epidemia de Gripe A (H1N1) no se está cumpliendo; que hay requisitos burocráticos para su otorgamiento y que, en varios organismos, directamente no se respeta en el caso de los contratados. En el ámbito del Ministerio de Economía la Circular del Director de RRHH sólo contempla licencias para las mujeres con hijos en jardines o escuelas, lo que además de ser una discriminación sexista, incumple la Resolución 182 del Secretario de Gestión Pública, que ya es de por sí limitada porque acota la licencia extraordinaria a los 15 días que se adelantaron las vacaciones de invierno, sin contemplar que los jardines maternales que no cierran por vacaciones habitualmente esta vez permanecerán cerrados.
En cada dependencia estatal es necesario un plan más general de contingencia, que establezca reglas, conductas y medidas de prevención, de detección y de acción ante casos de Gripe A (H1N1). No se trata de instalar dispensers de alcohol en gel y repartir barbijos que nadie sabe cómo ni cuándo usar, sino de que un grupo de especialistas –sanitaristas e infectólogos– independiente dé instrucciones concretas para la conducta de todo el personal y específicas para los trabajadores que se desempeñan en áreas críticas (como hospitales, centros de salud y geriátricos, donde la exposición es máxima) y para aquellos que atienden al público. En nuestros ministerios no atendemos enfermos ni realizamos análisis de laboratorio por esto la necesidad de mantener guardias rotativas o por sector que permitan la continuidad de las tareas y servicios impostergables debe ser evaluada en particular en cada sector y cerrar las que no sean imprescindibles. Los compañeros que en el primer piso atienden al público por los pases de la Secretaria de Transporte siguen en sus tareas como si nada pasara pero con un tarrito de alcohol en gel cerca. El comedor tomó como medida... entregar en bolsitas los cubiertos, una burla.
Frente a la insensibilidad criminal de las autoridades, que no toman recaudos ni emiten directivas de ningún tipo ante la epidemia, UPCN solo salió a adjudicarse un día de asueto del que ya se venía hablando hacía rato, mientras que la “nueva interna” de ATE solo colgó en la Intranet una denuncia del lucro de los laboratorios con las patentes, pero de los trabajadores del Ministerio ni una palabra. Los sindicatos deben salir de su inacción y convocar de manera urgente a una asamblea general del personal de los tres Ministerios que compartimos este edificio para discutir los pasos a seguir.
- Cese por 15 días de toda la actividad del país (como en México), ya sea laboral, comercial o educativa.
- Aumento inmediato del presupuesto de salud para enfrentar la emergencia, bajo el control de los trabajadores de los hospitales.
- Colocar el sistema de salud privado bajo manos públicas, utilizando todos los recursos disponibles para la atención del pueblo.
- Incorporación de toda forma presentismo al básico mientras dure la emergencia.
- Pago de la totalidad de las horas extras a los compañeros que las realizan regularmente.
- Inmediato cumplimiento de la Resolución 471/09 del Ministerio de Trabajo y de la N° 182 de Gestión Pública.
- Que los salarios se paguen al 100% en caso de suspensión de actividades.
Agrupación 1° de Mayo
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